miércoles, 2 de noviembre de 2016

El mito de Edipo

En la antigua Grecia, en la ciudad de Tebas, reinaba Layo junto a su esposa Yocasta. Layo acudía muy habitualmente a consultar al Oráculo de Delfos para poder tomar sus decisiones según lo que éste predecía, hasta que un día el oráculo le dijo que sería asesinado por su propio hijo, quien luego se casaría con su esposa. Layo, que estaba esperando un hijo, sintió temor, y cuando el pequeño nació, le ató de pies y lo hizo abandonar en un monte para darle muerte.
Poco después, Melibeo, un pastor que pasó cerca de allí escuchó el llanto de un recién nacido y acudió en su busca. Lo llevó hasta la ciudad de Corinto, y al contarle al rey Pólibo que había encontrado un niño abandonado, éste lo adoptó como su propio hijo, ya que su esposa Mérope no podía tener hijos.
Le pusieron de nombre Edipo, y cuando alcanzó la edad adulta, como era costumbre entre la realeza, acudió al Oráculo de Delfos, quien le dijo que mataría a su padre y se casaría con su madre.
Para huir de su destino, y creyendo que sus verdaderos padres eran los reyes de Corinto, abandonó su ciudad,  y emprendió camino hacia Tebas. 
En el viaje, un carruaje lo atropelló, y Edipo estaba tan enfadado y de tan mal humor que dio muerte al conductor, que no era otro que el mismísimo rey Layo, su padre biológico, cosa que él desconocía.
Se escondió durante un tiempo para que no le relacionasen con aquel crimen, y luego continuó su camino hacia Tebas.
Al llegar a las puertas de la ciudad se encontró con la Esfinge, la cual planteaba una adivinanza a todo el que quisiese entrar, siendo devorada la persona que no acertase. 
El enigma era: ¿Cuál es el ser que camina sobre la Tierra que lo hace primero a cuatro patas, luego a dos, y por último a tres?
Edipo, sin pensarlo contestó que era el hombre, que cuando es bebé gatea, cuando es adulto camina a dos piernas, y cuando es anciano usa bastón.
La esfinge, llena de ira, se lanzó al vacío dando fin a su vida, y al fin la ciudad fue liberada. Como recompensa por tan valerosa hazaña, Yocasta, la viuda del rey Layo contrajo matrimonio con él.
Edipo y Yocasta tuvieron 4 hijos, y la felicidad estuvo presente en ellos durante años, hasta que de repente una epidemia llegó a la ciudad y comenzaron a morir muchas personas.
El rey, muy preocupado por su pueblo, acudió al oráculo para descubrir cómo parar tanta desgracia, y la respuesta fue que todo acabaría cuando se desterrase al asesino del anterior rey.  
Muy preocupado por su pueblo y su familia, acudió a un vidente con la esperanza de acabar con las muertes, pero para su sorpresa y horror, descubrió que aquel conductor de carruaje al que dio muerte años atrás era nada más y nada menos que el rey Layo, su padre, y como le habían predicho, se había casado con su madre.
La verdad era tan terrible que su esposa, al descubrir que se había casado con su hijo al que creía muerto, se suicidó, y tres de sus hijos se alejaron de él para siempre. Sólo su hija más pequeña se quedó a su lado hasta que murió ya anciano y ciego, pues el día que descubrió la verdad y encontró a su esposa y madre muerta, se sacó los ojos con el broche de su vestido.


El nombre de este personaje, ha dado nombre a un síndrome mental, el complejo de Edipo, descubierto por Freud, en la que una persona, especialmente en su niñez, muestra un evidente sentimiento de amor hacia el padre de sexo contrario, y un sentimiento de rivalidad hacia el padre del mismo sexo, pero se aplica más comúnmente cuando el amor se siente hacia la madre y la rivalidad hacia el padre.
Resultado de imagen de mito de edipo

No hay comentarios:

Publicar un comentario